Como obtener lo mejor de la gente

   Uno espera un jefe motivador y que no sea un ¡oso redondo y gruñón! Alguien que influya en los demás incentivando para alcanzar objetivos. Alguien entusiasta y que brinde apoyo.

Título: Cómo obtener lo mejor de la gente
Autor: Donald H Weiss.
Editorial Aguilar México 1991

  Dime y lo olvidaré.
Muéstrame y lo recordaré.
Déjame hacer y lo comprenderé. 
 Confucio

   Tomarse enserio la idea de trabajar en equipo es algo que muchas veces limita o no los resultados que se logren. Una de las claves para quien este al frente es esperar lo mejor para obtener lo mejor (Efecto Pigmalión). Pero esta espera no es pasiva ni ingenua; este "esperar lo mejor" es lo que debe traducirse en palabras, directivas, un clima de trabajo de diálogo, interés y participación.

Te pago menos, pero... ¡te quiero un montón!
    Contrato psicológico. Es un eufemismo usado para satisfacer la relación jefe-empleado donde el primero para evitar mejorar la condición salarial del 2º, se autoimpone brindar un trato respetuoso y atento y por el cual el 2º resigna un reclamo económico y busca una nueva zona de confort.
     Establecer un contrato psicológico con las personas que usted supervisa incluye expresar las expectativas mutua, las responsabilidades y las consecuencias positivas y negativas.
   En el libro se destaca como factores influyentes; que el empleado desee hacer su trabajo y desee hacerlo bien, ser capaz de hacer su trabajo o aprender a hacerlo, comprender la tarea y los criterios de evaluación, deben eliminarse barreras y obstáculos para que la gente realice su trabajo. Algo que ayuda a dar lo mejor de sí, es conocer las consecuencias del éxito o el fracaso.
   El autor le da mucha importancia a la autonomía y recompensas como estímulos al éxito, como también a la autoestima del trabajador y a llevar a cabo aquellas decisiones dirigidas a mejorar las condiciones del ambiente de trabajo.

     Le resta mucho al libro el uso de diálogos, artificial modo de presentar y analizar lo que ya se ha dicho brevemente, es un método que dispara el número de páginas y disminuye el interés por leer otros escritos del mismo autor. 

El caballero de bronce

Título: El caballero de bronce.
También conocido como "El jinete de bronce" Relato de Petersburgo 1833
Autor: Aleksandr Serguéyevich Pushkin
Editorial: Hyperion

Días atrás me preguntan: ¿Qué andas leyendo?
  -El caballero de bronce.
  -¡Guau! La trilogía de Paulina S... -
Cerrando los ojos, con las manos extendidas le pido que se detenga.
  - No, hombre ¡Pushkin! ¡Pushkin! -No recuerdo haber gritado; ahora bien, si a elevar la voz se le puede atribuir hablar con claridad, entonces debo reconocer que fui muy claro.

¿Cómo he llegado a conocer este poema de San Petersburgo?
  Leer poesía es una de mis inexistentes costumbres. Y todo bien con Paullina Simons; pero lo conocí por Henri Troyat en su libro María Karpovna donde Alexis y Kuzma leen el poema sólo para realizar un estremecedor descubrimiento.  

   La ciudad. En una ciudad que sufre inundaciones constantemente ¿Quién puede resistirse a escribir un poema de las desdichas y peripecias que pueden devenir de las mismas? ¡Pushkin NO!
   Sobre inundaciones habrá corrido mucha tinta en San Petersburgo que al presente tiene registro de más de 300 de estos fenómenos, de unas decenas de centímetros hasta los 380 centímetros (sí 3,80 metros).
Pintura de Vasily Ivanovich Surikov

  La estatua. El 9 de agosto de 1782 se inaugura, en San Petersburgo, una escultura ecuestre en bronce de Pedro el Grande que desde la orilla del Neva domina la ciudad. Es conocida debido al poema de AP como El Jinete de Bronce (Медный всадник, lit.: "Caballero de Cobre") Es la foto obligada si visitas la ciudad.
   El pedestal es la "Piedra de Trueno" (la roca más grande movida por el hombre).  Desde allí el zar levanta la mano hacia adelante, montado en su brioso caballo.
    El  poema. Eugenio es un pobre habitante de la ciudad, tiene su amor, sus sueños; pero la ciudad también tiene los suyos, la ciudad misma es el sueño del zar:

   A la orilla de las desiertas olas / en grandiosos designios ocupado
   se hallaba ÉL, mirando hacia lo lejos. / Ante sus ojos se ensanchaba el río

   Y ÉL pensó: " desde aquí infundiré pavor al sueco / y echaré los cimientos de una urbe
para irritar a ese vecino altivo.

   Donde en el poema el innominado es Pedro el grande, no hay enfrentamiento de Eugenio con el Zar, sino más bien aquella relación amorosa típica del pueblo ruso hacia el monarca, ama la ciudad que el zar les lego.   

     Os diré lo ocurrido, amigos míos, / pero será bien triste mi relato.

  Poco a poco se nos relata la lluvia, el viento y el amor de Eugenio: la joven Parasha

     ¡Qué día terrible! / El Neva había luchado / la noche entera contra la tormenta
     ... en la Plaza Petrosvskaya, / se hallaba Eugenio, lívido e inmóvil...

   Ansía ir al encuentro de su amada que vive junto a su madre, más cuando puede por fin hacerlo no encuentra ni la casa en la que vivían.

   Stop. Se relata como todo sigue su curso luego de la inundación y esa incomprensión: ¿cómo es posible unirse a ese movimiento, a esa rutina, cuando uno experimenta que todo se ha detenido? ¿Cómo pretender que todo siga como si nada si nos falta aquel ser querido? Uno desea que todo se detenga, el dolor se rebela al movimiento del segundero pero, todo sigue su curso ¿Sumarnos, seguir la corriente? ¿cómo hacerlo? ¿cómo?

Pobre, desventurado Eugenio mío... / contra tantas horribles impresiones

... Lleno de ideas negras, callejea,  / callado, obsesionado por un sueño. 

Ya todo le es ajeno. Todo el día / vaga sin rumbo y duerme junto al muelle

   Una noche, se desata la tormenta. Eugenio revive el terror, vagabundea y termina frente a la escultura de Pedro de aquel que "fundó la capital sobre las olas"

  ¡Qué terrible parece en la tiniebla! / ¡Qué ideas en su frente! ¡Qué energía
se oculta en él! ¡Qué fuego en su caballo! / Orgulloso caballo, ¿adónde corres?

Rodeando el pedestal del monumento... / le susurra con rabia estremecida:
" ¡Espérate, arquitecto de milagros! / ¡Ya verás!..." y se escapa a la carrera
creyendo que el terrible zar, ardiendo / en ira, la cabeza había girado...

Echa a correr por la desierta plaza / pero escucha tras él, como rugido
del trueno desatado, el poderoso / galope que sacude el pavimento

   La locura del pobre Eugenio tiene frente a "El caballero de bronce" su crisis que Pushkin describe magistralmente, con igual maestría nos conduce junto a su querido (y a estas alturas también nuestro querido) loco que corre aterrado: ¡El zar le persigue a galope! 
   Eugenio hace las paces con el zar, arrepentido de lo que su dolor, a rienda suelta por su locura, le llevo a realizar. El poema termina revelando el destino final del protagonista. 

Notas:
   * En el siglo XIX comienza a difundirse la leyenda que afirma que mientras el Caballero de Bronce permanezca en el centro de San Petersburgo, ninguna fuerza enemiga será capaz de tomar la ciudad. En la 2º Guerra Mundial la ciudad padece 900 días de estar sitiada, la estatua se camufló bajo sacos de arena y una estructura de madera. El Caballero de Bronce y la ciudad sobrevivieron.

   * No dejes de pasar por el libro de Troyat que te mencionaba cuando te comentaba cómo llegué a este poema. Allí está el diálogo entre Alexis y Kuzma, y lo que descubren.

¿Cómo conociste este poema? ¿Troyat, este blog... o Paullina Simons? ¡A ver si me cuentas!

La resistencia. Ernesto Sabato.

Título: La Resistencia.
Autor: Ernesto Sabato.
(Rojas 24/junio/1911-Santos Lugares 30/Abril de 2011)
Editorial: La Nación. Buenos Aires 2006.

   Este libro que podría catalogarse como ensayo comprende cinco cartas y un epílogo que da el nombre al volumen. Las cartas se titulan Lo pequeño y lo grande, los antiguos valores, entre el bien y el mal, los valores del a comunidad y la decisión y la muerte. 
    El arte fue el puerto definitivo donde colmé mi ansia de nave sedienta y a la deriva… fue precisamente el desencuentro, la ambigüedad, esta melancolía frente a lo efímero y precario, el origen de la literatura en mi vida. Leer La resistencia, descubrir un ensayo por momentos autobiográfico y por momentos aguafuertes. Inevitable en la reflexión de quien tiene casi cien años. 
   El inicio. Hay días en que me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras manos. Éste es uno de esos días.
   TV fobia. No no es eso, pero es reiterada la crítica a la televisión, parafrasea y dice que la televisión es el opio del pueblo. El estar monótonamente sentado frente a la televisión anestesia la sensibilidad, hace lerda la mente, perjudica el alma.
    Critica la servidumbre mental a la intrusión sensorial. Uno piensa si Sabato afirma lo que afirma y ataca como ataca a la televisión ¿Qué cosa no habría dicho de internet o de la intrusión sensorial full time que significa poseer un teléfono móvil?
     Refunfuña respecto a la TV, pero le adjudica un posible rol social. Este pasaje, como otros, me hizo sonreír y estar de acuerdo a la vez: Quienes se quedan con los sueldos de los maestros, quienes roban a las mutuales o se ponen en el bolsillo el dinero de las licitaciones no pueden ser saludados… No se puede llevar a la televisión a sujetos que han contribuido a la miseria de sus semejantes y tratarlos como señores delante de los niños. ¡Ésta es la gran obscenidad!  
    ¿Hermanos? Una vez escuche, una reflexión que simplemente menciono y que mostraba los límites de aquel grito de Libertad, igualdad, fraternidad. Respecto a lo último se decía algo coincidente con ES: "cuando la vida se siente como un caos, cuando ya no hay un Padre a través del cual sentirnos hermanos, el sacrificio pierde el fuego del que se nutre".    
"...si no nos dejamos tocar por lo que nos rodea no podremos ser solidarios con nada ni nadie" 
     No podemos quedar fijados en el pasado ni tampoco deleitarnos en la mirada del abismo. En este camino sin salida que enfrentamos hoy, la recreación del hombre y su mundo se nos aparece no como una elección entre otras sino como un gesto tan impostergable como el nacimiento de la criatura cuando es llegada su hora.  
     Esto que suena a utopía, es el deber ser de ciudadanos y gobernantes: Debemos exigir que los gobiernos vuelquen todas sus energías para que el poder adquiera la forma de la solidaridad, que promueva y estimule los actos libres, poniéndose al servicio del bien común, que no se entiende como la suma de los egoísmos individuales, sino que es el supremo bien de una comunidad. 
   Esas verdades que por conocidas a veces no son percibidas:
* Tenemos que reaprender lo que es gozar. Estamos tan desorientados que creemos que gozar es ir de compras. Un lujo verdadero es un encuentro humano, un momento de silencio ante la creación, el gozo de una obra de arte o de un trabajo bien hecho. Gozos verdaderos son aquellos que embargan el alma de gratitud y nos predisponen al amor. 
* Esta desesperación por divertirse tiene sabor a decadencia. 
* El hombre no se puede mantener humano a esta velocidad, si vive como autómata será aniquilado.
* Describe la miseria espiritual y define al miedo como el síntoma de nuestro tiempo…“si rascamos un poco la superficie, podremos comprobar el pánico que subyace en la gente que vive tras la exigencia del trabajo en las grandes ciudades. Es tal la exigencia que se vive automáticamente, sin que un sí o un no haya precedido a los actos.”
   Los 1001 cuadros. ¿Morir y tu que piensas? Sabato deja su receta: Hay días en que me invade la tristeza de morir y, como si pudiera ser la muerte la engañada, me atrinchero en mi estudio y me pongo a pintar con frenesí, confiado en que ella no me arrebatará la vida mientras haya una obra sin terminar entre mis manos. Como si la muerte pudiese entender mis razones, y yo hacer de Penélope para detenerla.
   En fin... He tenido la sensación de que Sabato compone una visión, mas que ofrecer la suya, como quien intenta plantear una postura, cosa que inevitablemente deja aflorar pequeñas contradicciones. Esto no impide disfrutar la lectura de la Resistencia, conmoverse con él al recordar la última vez que vio a su madre o advertir el olvido por los ancianos en nuestro loco vivir; y admirarse, y hasta contagiarse del espíritu inquieto de este nonagenario.

Nota: otro libro de Ernesto Sabato en el blog es El Túnel

Guardini. El servicio al prójimo en peligro.

Título: El servicio al prójimo en peligro.
Autor: Romano Guardini
(Verona,1885 - Múnich 1/octubre/1968)
Editorial Lumen.
Original: Der dienst am naechsten ingefahr.

   La indiferencia, el individualismo plantaron bandera en  nuestra sociedad. El título del libro me sonó a interrogante ¿El servicio del prójimo en peligro?. Abordar un libro como el de Guardini brinda un horizonte de sentido. 
   ¿Podemos encontrar una breve y clara formulación en la que se basan todas las formas de compromiso en la vida? Romano Guardini responde: "Ahí hay una persona en apuro, por tanto, debo ayudarla."
   A veces cuando se percibe privación/dolor puede uno echarse atrás con miedo. El apuro ajeno percibido como exigencia a tener que esforzarse.
   Prójimo o no prójimo. ¿Cuándo responde realmente al apuro ajeno a un impulso involuntario de ayudar?
   Cuando ese apuro afecta a alguien que pertenece a uno mismo (padres-hijos, enfermos, amigo por el amigo, el señor por sus servidores)
   Entonces la otra persona no es mi prójimo... predomina la ligazón.
  Guardini expresa: hay una persona en apuro, por tanto debo ayudarla. Termina siendo eco de la respuesta de Jesús a la pregunta del doctor de la Ley significa: Tu prójimo es aquel que necesita tu ayuda.
    En Mateo 25,40 se alude a el más pequeño: el que no puede poner en vigencia para sí ninguna de las diversas razones naturales para mover el interés de ayudar: ni admiración, ni simpatía, ni utilidad.
   El mandamiento nuevo (san Juan 15,12) Este mandamiento que da a través respecto a todo lo que pueda surgir de las conexiones naturales de las relaciones humanas, de índole biológica, psicológica, sociológica y cultural. Siempre sale al encuentro del hombre como algo que no puede ser deducido de ninguna presuposición natural, ni puede ser trasladado a obviedades culturales. Viene de la interioridad sapiente de Jesús; requiere fe, exige obediencia y debe ser realizado superando lo meramente natural.
   ¡No te caigas que te patean! No podemos olvidar (para citar por su nombre a uno solo) como Nietzsche, crecido en la escuela clásica, había proclamado que había que desprenderse de la compasión cristiana por los oprimidos, y crear una cultura de la energía y la hermosa Naturaleza, y "lo que quiera caer golpearlo aun, para quitarlo del camino".
-Una objeción sociológica. La necesidad: algo que debe desaparecer. Indigno al hombre encontrarse en necesidad, pedir ayuda y darla. Atribuir malas intenciones al necesitado y al que ayuda.
    Pero, no se puede olvidar aquí que la opinión antes expuesta se hace ilusiones absolutas sobre la realidad de nuestra existencia, y no ve la profundidad del enredo que hay en las cosas humanas, y empobreciendo la existencia de modo irreparable. Por otra parte, en fin, la experiencia de los últimos decenios nos hace darnos cuenta de la facilidad con que la voluntad de eliminar a los hombres que sufren, y cuyo sufrimiento ya no puede vencerse, o sólo puede superarse con autentico altruismo. F. W. Foerster ha llamado la atención sobre el hecho de que el que sufre tiene una tarea importante dentro del conjunto de la existencia: defender a los que no sufren, a los sanos enérgicos, bien acomodados de los peligros del egoísmo, de la despreocupación, de la dureza y aun de la crueldad; peligros presentes en su situación.
   Por paradójico que suene: sólo se puede superar la necesidad, el apuro, al sufrimiento, en todas sus formas, si se empieza a reconocer el derecho de la necesidad a existir, La ayuda no puede consistir en querer suprimir de un plumazo el fenómeno de la necesidad, pues entonces se crea una situación que no es otra cosa sino egoísmo disfrazado-ceguera ante lo real, dureza frente al hombre que está en necesidad- y cuyas consecuencias han de ser peores que la necesidad misma.
   La responsabilidad.
nos ha abierto los ojos... la corrosión de los auténticos motivos, actitudes y convicciones que pueden sustentar solamente la ayuda, el enfriamiento del corazón y el apagamiento de la generosidad. Irrumpe el espíritu de cálculo.
   Hitler aquí y ahora. Lo que ha ocurrido en Alemania (1933-1945) puede ocurrir en todas partes de alguna manera... disfrazado de razonabilidad y humanidad, nos advierte el autor. Sin ir más lejos en Argentina la presidente ha lanzado las juventudes ... que lavan el cerebro a niños en colegios y controlan precios en los comerciantes barriales, asisten a los actos presidenciales aplauden, cantan, gritan y comen un emparedado y un poco de agua carbonatada.
    Guardini invita a Vivir con convicción cristiana, con elementos cristianos operantes en la vida de su espíritu y de  su corazón.
   Cuanto más frecuentemente aparecen unas situaciones, menos impresiones hacen.

Por estos días leyendo La Resistencia tomé nota de lo siguiente: Muchos afirmarán que lo mejor es no involucrarse, porque los ideales finalmente son envilecidos como esos amores platónicos que parecen ensuciarse con la encarnación. Probablemente algo de eso sea cierto, pero las heridas de los hombres nos reclaman. 
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