La rosa y el fuego.
Autor: Ignacio Larrañaga
(España 04/mayo/1928 - México 28/octubre/2013)
Editorial: San Pablo
El autor es invitado por la Editorial PPC a escribir un libro para la colección Siete palabras. Un libro que sintetizara los impulsos vitales y los ejes constitutivos de su vida.
Ignacio Larrañaga da el testimonio de su experiencia con Dios, cuenta experiencias, cotidianas pero también extraordinarias. Haber aceptado escribir el libro lo obliga a contar cosas que ha preferido callar durante décadas. incluso aquella experiencia inesperada cuyos "efectos se prolongaron a lo largo de mi vida".
Cuenta cómo vivió su sacerdocio a lo largo de las décadas, sus logros y errores... pude constatar experimentalmente, y por primera vez en la vida, un fenómeno alarmante: cuando se descuida la actividad orante, Dios comienza a transformarse en una realidad cada vez más ausente, distante e inexistente, y acaba por ser un concepto; y, en círculo vicioso fatal, se van perdiendo las ganas de estar con El. En la medida en que esto sucede nacen, crecen y dominan los enemigos: el amor propio, la susceptibilidad, el mal humor, el orgullo... Todo esto lo fui observando en mí mismo. Me asusté; y llegué a la conclusión de que los "tiempos fuertes", dedicados explícitamente a cultivar el trato personal con el Señor, son asunto de vida o muerte para un hombre consagrado a Dios. También percibí nítidamente otra cosa: ¡qué fácil es dejar a Jesús para dedicarse a las cosas de Jesús! Se racionaliza con suma facilidad afirmando que las urgencias apostólicas tienen prioridad en todo,
Yo he leído cuatro libros del padre Ignacio, comenté El hermano de Asís; leer La Rosa y el fuego permite conocer la historia de sus otros libros y los distintos proyectos que llevo adelante este sacerdote capuchino (los capuchinos son una congregación de la familia franciscana)
Y aquí nos asalta un nuevo y trágico desdoblamiento entre el sentir y el saber: el sentir pretende engañar al saber; y el saber, sabiendo que se le quiere engañar, pretende, a su vez, convencer y engañar al sentir en un circuito alucinante. El sentir dice: todo es mentira. El saber dice: todo es verdad. Es la tiniebla total. Llega un momento en que el único alivio y salida que queda es morir. Es la crisis del absurdo y la contradicción.
Y aquí nos asalta un nuevo y trágico desdoblamiento entre el sentir y el saber: el sentir pretende engañar al saber; y el saber, sabiendo que se le quiere engañar, pretende, a su vez, convencer y engañar al sentir en un circuito alucinante. El sentir dice: todo es mentira. El saber dice: todo es verdad. Es la tiniebla total. Llega un momento en que el único alivio y salida que queda es morir. Es la crisis del absurdo y la contradicción.
El padre Ignacio murió seis veces, ya que cinco veces la noticia de su muerte se difundió por distintos medios de comunicación, recuerdo cuando una amiga me dijo "hoy se nos ha muerto el padre Larrañaga" y sí la sexta fue la vencida: era octubre de 2013.
Por aquellos días tuve yo una evidencia que me acompañaría durante toda la vida: que una cosa es la palabra Dios y otra cosa es Dios mismo; que nadie se embriaga con la palabra vino ni se quema con la palabra fuego.
Todos tenemos en la mente la idea de que el fuego quema, pero otra cosa es meter la mano en el fuego y saber experimentalmente que el fuego quema. Todos sabemos que el agua sacia la sed, pero otra cosa es beber un vaso de agua fresca en una tarde de verano, y así saber vivencialmente que el agua sacia la sed. Desde los días de la primera comunión sabemos que Dios es Padre, pero otra cosa es estremecerse hasta las lágrimas al sentir, en una quietud concentrada, la proximidad arrebatadoramente deliciosa e infinitamente consoladora de ese Dios que no hay manera de definirlo ni nombrarlo.
Nota: El padre Ignacio ha creado una experincia que se llama Talleres de Oración y Vida (TOV), son encuentros semanales que en 16 reuniones enseñan distintos modos de oración. Pude hacerlos hace poco; brindan una oportunidad de crecer en la oración, los haces y luego lo vas aplicando en tu vida. Se realizan en muchas parroquias, hay reuniones para jóvenes y adultos, ¡A ver si te animas!
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