El discreto encanto de la vida conyugal.

El discreto encanto de la vida conyugal.


Autor: Douglas Kennedy (Manhattan NY, 01/enero/1955)
Editorial RBA Barcelona 2006
State of the Union, 2005


    Al escribir esta entrada y consultar al inicio del libro el título en inglés me asombró que sea State of the Union que es el nombre de ese discurso anual en que el presidente de EU le dice a los distintos estados que los quiere mucho, que están bien y que deben seguir unidos.
   Claro es un titulo que le dice mucho al estadounidense pero que va perdiendo su fuerza en otros lectores. En vez de traducir se eligió otro título, pero ahí dejamos el tema.

   Hannah es hija única, su padre es profesor y todo un revolucionario que realiza marchas, protestas y dicta conferencias por el país su madre una artista vinculada a sus más destacados colegas. Ella goza de la libertad que le dan sus padres, el sarcasmo de ellos es la otra cara de la moneda. Conoce a Dan un estudiante de medicina de quien se enamora y se casa pronto.

—¿Entre vosotros van bien las cosas? —pregunté.
Mi padre me miró, sorprendido, creo, por la franqueza de la pregunta. Antes nunca le había preguntado nada sobre su matrimonio. Hubo un segundo o dos en que vi que estaba decidiendo cómo responder: cuánta verdad necesitaba saber yo.
—Las cosas son como son —dijo al fin.
—Eso es un poco enigmático, papá.
—No, ambivalente. La ambivalencia no es algo malo.
—¿En el matrimonio?
—En todo. Los franceses tienen una expresión: «Tout le monde a un jardin secret».
Todo el mundo tiene un jardín secreto.
—¿Ves adonde quiero ir a parar? —preguntó.
Me enfrenté a sus fríos ojos azules. Y por primera vez me di cuenta de que mi padre tenía muchos compartimentos diferentes en su vida.
—Sí, papá… creo que lo entiendo.

   Los padres se la dan de progres y si están lejos entre sí, más distantes lo están de su hija que termina siendo más el producto de un sistema, aunque aun vibren los discursos idealistas, busca reencontrarse con valores y certezas de otra época.

   El padre le tiende una trampa a su hija. Es fácil jugar a ser valiente si el riesgo va a cuenta de los demás y a ti te toca el rol de espectador, ese es el juego que juega con su hija, que termina enredándose con Tobias Judson. Hannah tiene en Margy a una amiga y tal vez su única confidente.

   La novela tiene buen ritmo, intercala bien el relato, las descripciones y los diálogos. Se lee rápido, se disfruta. Hay cierto encanto en las historias que nos cuentan la vida del protagonista a lo largo de las décadas.

Sofoqué un sollozo y me lo tragué antes de que se escapara como un aullido.
—Mamá, ¿estás bien?
—¿Por qué me preguntan todos lo mismo? —grité—. ¿Cómo puedo estar bien…?

   Las coordenadas espaciotemporales tienen una "impronta genética" que en este mundo globalizado por más que cambies de latitud y longitud te alcanzarán, o se multiplicarán en ti, crecerán en nosotros como el gozo de músculos tonificados que alcanzan un volumen mayor o el temor por el quiste o el tumor que irrumpe en nuestro ser.
    Correr tras decisiones que te hacen más infeliz a ti o a los demás sólo por que están de modas, son "open mind", son progresistas o revolucionarias... siempre me han arrancado una sonrisa. Peter Capusoto en su programa de humor le dedica un numerito a los padres que viniendo de otra escuela, otros tiempos, quieren ser padres progresistas... Un video fuerte, atrevido (sí, mucho) y no recomendable para los fans de Sigmun Freud

Y si, las cosas cambian somos más libres,
somos más modernos y nuestras mentes están más abiertas...


Lo que somos, lo que pudimos haber sido. 
—Pero ahora estoy atrapada.
—Guapa, todos estamos atrapados.
Cierto, y la mayoría nos tendemos nosotros mismos las trampas. O nos metemos de cabeza en una situación que sabemos que nos causará problemas, y no hacemos nada por impedirlo. 

Pero… no lo sé, algo me ha impedido siempre dar el salto. Miedo, quizá, aunque sé que eso suena un poco tonto.
—No —dije—, no es verdad.
Me miró, sonrió y dijo:
—Alguien dijo una vez que los obstáculos más grandes con los que te tropiezas en la vida son los que te pones tú mismo.
—Dimelo a mí.
Me ofreció un cigarrillo de su paquete.
—Aún eres joven.
—Es verdad, pero a menudo me siento como si me hubiera decepcionado a mí misma.
—Bienvenida a la vida adulta. En fin, todavía puedes hacer algo para cambiarlo.

«Nadie se libra de pagar un precio. O al menos, nadie con conciencia se libra sin pagar un precio».DK

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