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| Portda |
Autor: Jaime Barylko. (1936 - Buenos Aires - 2002)
Ediciones Colmegna 1966 Santa Fe.
Frente a los que postulan el valor de la experiencia, como valor y sentido de la vida Jaime Barylko ofrece las meditaciones de un niño precoz, citamos aquí distintos momentos de este diario meditativo.
Meditaciones de un niño precoz. ¿Qué necesidad tenía Caperucita de ir por el bosque? Al parecer no había otro camino. Los mejores caminos pasan casualmente por el bosque. Bien. Pero, ¿Qué necesidad tenía de detenerse a conversar con un lobo?. Un lobo que conversa no es un lobo. De todos modos es un lobo interesante. Habrá sido un lobo genial. Y eso de imitar la voz y los gestos de la abuelita. Habrá sido irresistible. Se justifica. Un lobo conversador se justifica. Se comprende la fascinación que ejercía sobre Caperucita. Habrá sido una abuelita con olor a lobo. Caperucita sabía la verdad pero no podía volverse atrás. Quería conocerlo todo, hasta el final. Quería conocerlo hasta la final la verdad del lobo. Quería acumular experiencia. La maestra me dijo una vez, en una fiesta patria, que la experiencia es maestra de la vida. Claro. Se comprende y se justifica. No podía ser otro modo. Y la verdad del lobo sólo podía ser conocida dejándose devorar. ¿Y qué hizo después Caperucita con tanta y tan rica experiencia acumulada? Se lo preguntaré a la maestra.
¿Por qué? ¿Por qué quijotismo solamente? ¿Por qué no sanchismo?
Superavit. Ya hemos superado las invencibles distancias interestelares e interplanetarias. Quizá algún día logremos también superar la distancia que media entre tu casa y la mía.
El que busca encuentra, no lo que busca, pero encuentra.
Beethoven. Beethoven, que ya no oía, que seguía moviendo la batuta después de concluida la patitura, como si quisiera ir más lejos aún de su propia creación.
Definiciones. Unos crean. Otros interpretan. Otros son virtuosos y felices.
The Question. Remplazar a Dios. That is the question. Por eso Nietzche enloqueció. De no haber enloquecido se hubiera suicidado. Dios creó una vez. El hombre debe crear continuamente para poder creer en sí mismo y no caer en el peor de los males e autoateismo.
Las metas son para ser superadas.
Filosofía. La filosofía es un saber que emerge de la soledad y recluye en ella al sujeto pensante. A diferencia de otros saberes, no conduce a nada. Otros saberes confeccionan la camisa de la felicidad del homo sapiens. La filosofía lo desnuda, lo deja desvalido y perplejo. Es un saber de raíces, y las raíces, y las raíces están siempre desnudas. Aquel que escribió una Consolatio Philosophiae erró en uno de los términos: o consuelo o filosofía. Estrictamente la filosofía es des-consuelo. Por eso el vulgo, instintivamente (el instinto siempre vela por la salud e integridad) la rechaza y la desprecia. Por eso también, todos los saberes pueden ser vulgarizados, compendiados en comprimidos dulzones y de bella apariencia. La filosofía no resiste esta prueba de comunicación masiva, No puede comunicarse porque no existe. Lo único que existe es el filósofo, el sujeto que piensa a pesar de todos. La publicación de ideas termina siendo siempre una concesión, una tergiversación.
¡Oh, Pascal! ¡Oh, Pascal! ¿Qué hacer cuando se es presa de la inmensidad? ¿Qué hago con toda esa gente que me quiere cuando no tiene qué hacer? ¿Cómo sobrevalorarlos? ¿Cómo disimular las arrugas del éxtasis y del miedo para que no pregunten, para que no infecten?
Confesiones de un historiador. No fui capaz de asir un pasado definitivo y adoptarlo como mi luz. Aún no me he relatado mi vida. Ninguna vida pasada o futura justificará la mía. La historia me excluye.
Contrastes. Carne. Espíritu. Hojarasca de conceptos. Lo que importa es el éxtasis.
Yo y Dios. Única prueba de la existencia de Dios: mi existencia, es decir mi sufrimiento, es decir mi necesidad de plegaria.
Complejo. El psicoanálisis es una creación de padres aburridos. Algún día los hijos se desacomplejarán y comenzaran a aburrirse. Entonces, con toda seguridad, se dedicarán a estudiar el complejo de Edipo invertido.
Estamos acorralados de infinito.
La verdad. La verdad, como la mujer, no se satisface con ser conquistada; exige que e la reconquiste a cada instante. Si ello no ocurre el sujeto se encontrará que la verdad existe, pero no para él.
Diálogos.
La araña: Contempla la belleza de mis telares. Surgió absolutamente de mi misma. Belleza absoluta.
La mosca: Te creo. Confió en tu palabra. Pero no quiero contemplar. Me angustian los absolutismos. Son demasiado absorbentes.
Nota. JB fue Licenciado en Letras y Doctor en Filosofía, autor de numerosos libros en torno al judaísmo (su religión) de educación y valores (podrían englobarse como autoayuda) y filosofía.
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