Mario Puzo. El Padrino.

Título: El Padrino.
Marlon Brando, el Don, en la portada
Autor: Mario Puzo. (New York 1920 - Long Island 1999)
Ediciones B, 2002 Madrid, España.

    Cuenta la historia de Vito Corleone y su familia, cómo fue posicionándose a lo largo de las primeras decadas del siglo XX como el núcleo mafioso más importante de New York  y desde allí extender su influencia. Vito junto a su esposa tienen cuatro hijos: Santino (Sony), Federico (Fredo) Michael y Connie
  El Padrino. Los italianos dicen que la vida es tan dura que el hombre debe tener dos padres que velen por él–prosiguió Hagen–, por eso todos tienen un padrino. Dado que el padre de Johnny murió, el señor Corleone se siente obligado a velar por su ahijado. Además, quisiera que tuviera usted en cuenta que el señor Corleone es un hombre muy sensible. Nunca pide un segundo favor a quien ya le ha negado uno
  Una amistad que asegura favores.
    Kay, novia de Michael intenta comprender los asuntos que atiende el Padrino, Michael no quiere decirle las cosas abiertamente, pero tampoco quiere que su ingenuidad le impida descubrir la naturaleza de las relaciones y favores que se ofrecen. 
... Tu padre… Debe de ser un hombre de muy buen corazón –sonrió astutamente y añadió–: Aunque sus métodos no parecen ser muy ortodoxos.
– Supongo que eso es lo que parece –suspiró Michael–, pero deja que te lo explique de otro modo. Habrás oído hablar de que los exploradores del Ártico esconden cajas de víveres a lo largo de la ruta hacia el Polo Norte. ¿Sabes por qué lo hacen? Para tener comida en el caso de que la necesiten. Pues bien, mi padre hace lo mismo con los favores. Llegará un día en que todos y cada uno de los que han recibido su ayuda tendrán que hacer algo por él. ¡Y pobres de ellos si no lo hacen!      Sorprende la cantidad y especie de dificultades en los que la gente recurre al "Don" y sorprende aún más que el asuma como propio hasta el más sorprendente y aparentemente imposible, si algo es difícil de conseguir... sólo queda recurrir al Padrino.
   Dos cualidades asombrosas (que definen claramente al Don)
-El padrino un hombre razonable.
– No tendrás esa suerte. Fanucci nunca da el brazo a torcer –comentó Tessio.
– Razonaré con él –replicó Vito Corleone. Esta frase se haría famosa en los próximos años. Se convertiría en el último aviso, en el anuncio de sangrientas batallas. Cuando, convertido ya en Don, pedía a sus oponentes que razonaran con él, éstos sabían que ello significaba la última oportunidad de resolver un asunto sin derramamiento de sangre.

    El padrino un hombre supersticioso.
Quiero que sepan que entre mis defectos se cuenta el de ser un hombre supersticioso. Es ridículo, lo sé, pero no puedo evitarlo. Y si mi hijo menor sufriera algún desgraciado percance, si algún policía lo matara accidentalmente, si lo encontraran colgado en su celda, si aparecieran nuevos testigos de cargo, mi superstición me haría creer que ello se había debido a la mala voluntad de alguno o algunos de los aquí presentes. Quiero decirles más; si mi hijo resulta herido de muerte por un rayo, culparé de ello a los aquí reunidos; si su avión cae al mar o su barco se hunde en las profundidades del océano, si contrae unas fiebres mortales o su automóvil es arrollado por un tren, mi ridícula superstición me hará creer que la culpa la tienen ustedes. Señores, esa mala voluntad, esa mala suerte, no podría perdonarla jamás. Aparte de eso, les juro por el alma de mis nietos que nunca romperé la paz que hemos acordado. Después de todo ¿somos o no somos mejores que esos pezzonovante que han matado a millones y millones de personas en nombre de la patria?
Una gran novela. La novela de Puzo se recomienda a sí misma, es una acertada construcción de historias entrelazadas. El lector va conociendo a Vito Corleone, a sus hijos, a los numerosos "ahijados" a traves de cada uno de los personajes, la novela sigue a los distintos personajes desde los múltiples puntos de vista de cada uno de ellos. Y a través de ellos conoce al Don y lo que el genera y suscita en cada uno de ellos, alli surge la gratitud, el nerviosismo, el temor, la resignación, la admiración infantil a alguien que rompe estereotipos y clichés. Los personajes se describen en sus actos y en su interioridad, en sus pensamientos y anhelos, eso hace de el Padrino un gran libro.
1972. LLega al cine, en una excelente adaptación que contó con la colaboración de Puzo en el guión, con cerca de tres horas de duración, plasma muy bien el libro, simplifica algunas historias referidas a "ahijados" y coaboradores de Don Corleone, un final magistral. Tuvo dos secuelas en 1974 y en 1990, cosechó muchos premios y fue éxito de taquilla.
Unos amigos me refieren un extraño "síntoma" familiar que según afirman es común en otras personas, al hacer zaping si se topan con la emisión de cualquiera de las tres películas del Padrino, allí se quedan, no importa si va por el principio, el medio o el final.
Algo parecido me ocurrió con el libro al concluirlo, lo leí en distintos fragmentos, al inicio, al medio, al..



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