Autor: Ian Lancaster Fleming
(Londres 28/mayo/1908- Canterbury 12/agosto/1964)
Editorial:
Casino Royale 1953
A la sombra de Sherlock Holmes está Athur Conan Doyle, y detrás de James Bond tenemos a Ian Fleming. Personajes tan reconocidos que tienen mayor fama que sus creadores.
Esta es la 1º de las novelas del agente del servicio secreto británico.
Y mientras de muchos personajes se han hecho decenas de películas, como Drácula, Batman, Tarzan, etc; en muchos casos son una nueva presentación del personaje, es como contar la historia de nuevo, o con acentos que lo distinguen de las versiones anteriores, lo cual es muy claro en los dos primeros mencionados. En cambio, con el agente británico cada película presenta un nuevo caso del mismo agente aun cuando el mismo sea interpretado por diversos actores.
Siempre que anuncian un nuevo film de JB 007 cruzo mis dedos a que no transformen a Bond en un agente doble o en un simple traidor, al estilo Tom Cruise deningrando a Jim Phelps en Mission: Impossible.
Bond siempre tiene que tener a su disposición la posibilidad de pedir el martini a su gusto; que la novela transcurra en buena parte en un casino facilita las cosas. En un casino francés va a participar de un millonario torneo de póker y causar la ruina de Le Chiffre (miembro del servicio secreto ruso) la trama hasta ahí se me hizo un poco artificial, pero otros elementos de la historia terminan componiendo un conjunto armonioso.
Bond es apoyado en sus esfuerzos por Vesper Lynd, un miembro de su servicio, así como Felix Leiter de la CIA y René Mathis del Deuxième Bureau francés.
Lograr el objetivo de arruinar económicamente a un enemigo potencial suena a película de Disney en un mundo en el que el presidente de EU hace guerras preventivas y los chicos árabes decapitan niños y vuelan monumentos por los aires. La de Fleming es una novela con más de 6 décadas y pertenece al escenario de a guerra fría.
Esto que sigue pertenece a otro mundo...
Bond siempre tiene que tener a su disposición la posibilidad de pedir el martini a su gusto; que la novela transcurra en buena parte en un casino facilita las cosas. En un casino francés va a participar de un millonario torneo de póker y causar la ruina de Le Chiffre (miembro del servicio secreto ruso) la trama hasta ahí se me hizo un poco artificial, pero otros elementos de la historia terminan componiendo un conjunto armonioso.
Bond es apoyado en sus esfuerzos por Vesper Lynd, un miembro de su servicio, así como Felix Leiter de la CIA y René Mathis del Deuxième Bureau francés.
Esto que sigue pertenece a otro mundo...
- ¿Para quién trabaja el recepcionista? -se interesó Leiter cuando se acercaban al hotel.
Bond no estaba seguro, y así se lo dijo. Se lo había preguntado a Mathis, pero éste tampoco supo aclarárselo.
- A no ser que lo hayas sobornado tú mismo -le respondió-, has de asumir que lo ha sobornado la otra parte. Todos los recepcionistas son sobornables. No es culpa suya. Se les enseña a ver a todos los clientes del hotel, excepto los maharajás, como estafadores y ladrones en potencia. Se preocupan tanto por tu comodidad o tu bienestar como los cocodrilos.
Hoy quien más preocupa en ciertos países de Occidentes son los maharajás o los que den perfil árabe los que más señales de alerta despiertan y no pienses sólo en 2001 o en los gritos de Casandra de Oriana Fallaci, mira también las sospechas en torno a MH370 de Malaysia Airlines. La guerra ha dejado de ser fría y la mirada está en otras señales de alerta. Ya nada es tan sencillo.
Mathis abrió la puerta y se detuvo en el umbral.
- Rodéate de seres humanos, querido James. Es más fácil luchar por ellos que por los principios. -Se echó a reír.- Pero no me defraudes y te vuelvas humano. Perderíamos una máquina fantástica.
Se despidió con la mano y cerró la puerta.
- ¡Eh! -gritó Bond.
Pero los pasos se alejaron deprisa por el pasillo.
Fleming toma una organización como la SMERSH y le da un rol importante en la historia, las incursiones de la SMERSH hacen que la historia tome giros sorprendentes hasta el final de la historia.
En una historia de Bond hay muertes, es inevitable. La película de 2006 marca una diferencia admirable sobre la muerte de un personje de la novela y nos regala una excelente "escena JB" en un edificio en refacción en Venecia, una escena lograda magistralmente.
En una historia de Bond hay muertes, es inevitable. La película de 2006 marca una diferencia admirable sobre la muerte de un personje de la novela y nos regala una excelente "escena JB" en un edificio en refacción en Venecia, una escena lograda magistralmente.
Notas:
* escribir novelas con JB como protagonista es una franquicia que ha reclutado a más de media docena de escritores.
Adaptaciones:
1º para una serie de Tv llamada Climax el 21 de noviembre de 1954, 48 minutos (Climax, suspenso y misterio, unitario semanal, cuatro temporadas, 166 episodios, 1954-1958)
2º Peliculas 1967 con David Niven 2006 Daniel Craig
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